El Parkinson, mi blog de literatura y yo

Pantallazo del blogA Erika Contreras le gusta tejer, amar y ‘bloguear’. A sus 46 años, esta mujer chilena se ha convertido en un referente en el mundo del Internet para las personas que tienen Parkinson. Es que ella misma padece esta enfermedad neurodegenerativa y es autora de dos blogs personales muy visitados e interesantes.

Amante de la música de Miguel Bosé y Joan Manuel Serrat, y de los libros de Arturo Pérez-Reverte, Erika creó en 2006 el blog ‘Yo y mi Parkinson’, que fue todo un éxito. Incluso nosotros publicamos un post sobre su experiencia. Sin embargo, en el 2009 decidió sacudir al Parkinson del eje central de su vida y cerró el blog. En el penúltimo de sus posts, decía:

“Tomé la decisión de no seguir con este blog dedicado al Parkinson, ya que no quiero que sea el protagonista de mi vida… yo quiero serlo.”

Pero Erika no abandonó la escritura, que es otra de sus pasiones. Entonces, creó el blog ‘Libros y otras hierbas’, que ella misma califica como:

“Un lugar de encuentro para quienes aman los libros y la escritura. Un jardín en donde las letras reflejan el estado de nuestra alma”.

Erika, ingeniera agrónoma de profesión, sufre Parkinson prematuro y la depresión la ha llevado a hospitales y al psiquiátrico. Al comienzo no aceptaba tener la enfermedad, pero el tiempo y los tratamientos que recibió en Chile y Cuba la hicieron poner los pies sobre la tierra y decidirse a continuar adelante con su vida.

En ‘Libros y otras hierbas’, Erika ya no habla de Parkinson, sino de algunas vivencias que quiere compartir con el mundo.

“Más que nada son situaciones vividas o inventadas. Son parte de lo que he venido escribiendo desde hace varios años y que ahora verán la luz”, asegura.

Con poemas y relatos breves, Erika Contreras es una muestra viviente de que el Parkinson se puede superar y de que la vida tiene que continuar. Es difícil, sí, pero no imposible. Aquí les dejamos un poema escrito por ella:

Necesitamos abrazos
Que nos envuelvan y nos ofrezcan
Sus manos y sus piernas como la noche
Da el paso al día con esa sutil gracia.

Que no se diga, una mano lava la otra
No tengo pies y a quién le importa
Pero ya basta de lamentaciones.

La luz no puede hacer el trabajo
Que a la sombra compete,
No podemos esperar imposibles

El sol seguirá saliendo por el oriente
Y tú qué harás por mí
Y yo nada puedo hacer por ti
Dejémoslo.