¿Qué hacer con la basura espacial?

Foto: ESA
Foto: ESA

Acabo de leer que más de 15.000 fragmentos de basura espacial contaminan nuestra órbita, lo que significa que estos residuos han aumentado en un 3% durante este primer semestre de 2010.Todos estos datos provienen del último informe trimestral de la Oficina del Programa de la NASA de Restos Orbitales (NASA Orbital Debris Program Office).

¿Pero a qué se refieren los expertos cuando hablan de basura espacial? Pues bien, se utilizan estos términos para cualquier objeto artificial sin utilidad que orbita la Tierra, y según información de elblogverde.com, se compone de cosas tan variadas como grandes restos de cohetes y satélites viejos, restos de explosiones, o restos de componentes de cohetes como polvo y pequeñas partículas de pintura.

Según comenta este blog:

«La basura espacial se ha convertido en una preocupación cada vez mayor en estos últimos años, puesto que las colisiones a velocidades orbitales pueden ser altamente perjudiciales para los satélites de funcionamiento y pueden también producir aún más basura espacial en un proceso llamado Síndrome de Kessler«.

«Pese al pequeño tamaño de la mayor parte de los fragmentos, las vertiginosas velocidades a las que están sometidas, hacen de éstos una seria amenaza a cualquier misión que pueda ser efectuada en un futuro próximo».

Wikipedia nos da más datos: desde 1991, se han registrado al menos tres colisiones en la órbita terrestre por culpa de la basura espacial. Estas colisiones se irán multiplicando y, a la vez, aumentarán los objetos peligrosos en órbita. La progresión matemática calculada por los expertos cifran en más de 18 choques al año será el número de accidentes producidos por estas chatarras para dentro de dos siglos.

Los expertos reconocen que hacer frente a este problema es complicado y costoso, por lo que sería necesario que los investigadores idearan nuevos métodos para solucionar esta clase de problemas.

Para paliar estos efectos, que prometen ser un problema en el futuro, la NASA cuenta con el programa ‘U.S Space Surveillance Network‘, una iniciativa del Ejecutivo estadounidense que detecta por radares estos cuerpos, que deben superar los cinco centímetros, los controla, cataloga e identifica, además de predecir cuándo y dónde caerán en la Tierra.