Más de la mitad de los cuidadores familiares de Alzheimer atenderían de nuevo a sus familiares

Foto: Fundación Alzheimer España
Foto: Fundación Alzheimer España

Siempre hemos hablado de la capacidad solidaria que tenemos en nuestro país, ya sea como donantes de sangre o de órganos (estamos siempre entre los primeros en el ránking mundial), ya sea para colaborar con donativos económicos cuando ocurre una catástrofe natural, etc.

Y esa solidaridad se traspasa también al resto de las facetas de la vida. Una nueva prueba de ello es que el 54% de los cuidadores de enfermos de Alzheimer atenderían de nuevo a su familiar afectado, pese a que el 30% de todos ellos tienen que seguir tomando, tras el fallecimiento de su ser querido, los psicofármacos que les prescribieron años atrás para sobrellevar mejor la irrupción en su vida del llamado ‘mal del olvido’.

Así lo pone de manifiesto un estudio elaborado por la Fundación Alzheimer España y la Universidad Complutense de Madrid. El trabajo analiza el estado emocional y físico de los ex cuidadores de enfermos de Alzheimer y concluye que aunque es mejor que el de las personas que atienden actualmente a un ser querido afectado por este mal, su estado de salud es «considerablemente peor» que el del resto de la población.

Y es que, el estudio, titulado ‘Cuidadores, ex cuidadores: la vida después‘, estima que los familiares de enfermos de Alzheimer, el 88% de sexo femenino, dedicaron una media de 18 horas diarias a atender a sus seres queridos durante seis años consecutivos.

Una de las consecuencias de esta plena dedicación es que, según el informe, el 30% de las personas que atendieron durante años a enfermos de Alzheimer siguen tomando psicofármacos tras el fallecimiento de su familiar, una cifra que dobla a la registrada entre la población general, donde se calcula que consumen estos medicamentos más o menos el 14% de los ciudadanos.

Además, el trabajo, elaborado sobre un total de 50 ex cuidadores, revela que el 35% de los que un día atendieron a enfermos de Alzheimer sufre depresión, frente al 55% de los cuidadores en activo, y que el 33% padecen episodios de ansiedad, un porcentaje también menor que el registrado entre los que están todavía al lado de un ser querido (42%).

Para minimizar la huella que la enfermedad deja en los cuidadores, las profesoras del Departamento de Psicología Clínica de la Complutense que han elaborado el estudio, María Crespo, Ana Piccini y Mónica Bernaldo de Quirós, abogan por ayudar a los cuidadores a llenar el vacío que deja en ellos la pérdida de su ser querido y, sobre todo, la plena dedicación al familiar.