Un estudio demuestra que fumar agrava las patologías asociadas al Alzheimer

Según los expertos, la exposición a diferentes factores ambientales como toxinas o bacterias estaría relacionada con la aparición de diversas enfermedades neurodegenerativas.

De hecho, han sido varias las investigaciones que habían apuntado el hecho de que fumar cigarrillos podría tener incidencia en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

Sin embargo, hasta el momento los trabajos en este sentido habían arrojado resultados contradictorios, ya que algunos estudios epidemiológicos realizados en humanos lo habían confirmado, mientras que en otros realizados en cerebros de animales no se llegaba a esta conclusión.

Recientemente se ha publicado un artículo en la revista especializada ‘Nature Communications’, dirigido por el doctor Claudio Soto de la Universidad de Texas Health Science Center y en el que también han participado las investigadoras Inés Moreno-Gonzalez, Lisbell D. Estrada y Elisabeth Sanchez-Mejías;  en el que se han estudiado los efectos directos que tiene el tabaco sobre el cerebro de ratones mutados genéticamente con un modelo de Alzheimer y en él se llega a la conclusión de que algunos componentes nocivos del tabaco como la nicotina producen un aumento de las lesiones cerebrales asociadas a la enfermedad.

Para ello,  se analizó el efecto que había tenido el tabaco bajo circunstancias ambientales relevantes en estos animales y se comparó con otros roedores a los que no se había expuesto al humo. El resultado confirmó que las variaciones neuropatológicas en el primer grupo eran mucho mayores y, además, se habían agravado ciertas alteraciones propias de la enfermedad de Alzheimer como la amiloidogénesis, la neuroinflamación o la fosforilación de la proteína Tau, que la vuelve defectuosa.

El extudio concluye, por tanto, que el tabaquismo puede aumentar el riesgo de padecer Alzheimer y exacerbar sus características, por lo que sería un grave factor de riesgo ambiental para el desarrollo de la enfermedad.