Las consecuencias del tifón Haiyan dos meses después de su paso por Filipinas

BUSF repartiendo agua en Filipinas
Foto: BUSF

El pasado 8 de noviembre el tifón Haiyan, el ciclón más intenso jamás registrado en tocar tierra, azotó Filipinas ocasionando numerosas pérdidas humanas y materiales, como ya te contamos en este post. Dos meses después, el Gobierno dirigido por Begnigno Aquino III ha hecho balance de las consecuencias de Haiyán revelando, entre otros datos alarmantes, que en torno a 1.800 personas continúan desaparecidas en el país asiático.

Según los datos publicados en el boletín 86 del Consejo Nacional para la Reducción y Gestión de Desastres de Filipinas, Haiyan ha afectado a más de 16 millones de personas y sus efectos se han dejado notar en unos 12.000 barrios de 57 ciudades diferentes. Pero además, el último recuento realizado por el Gobierno filipino cifra en 6.183 el número de personas muertas a causa del supertifón y en 28.626 el de heridos.

Otra de las consecuencias más graves tras una catástrofe natural tiene que ver con el gran número de personas que se ven obligadas a abandonar el lugar donde viven. En este caso, se estima que hay más de 4 millones de personas refugiadas en 381 centros de evacuación, como el albergue creado en la escuela Phil Sciene de la ciudad de Taclobán, donde Bomberos Unidos sin Fronteras (BUSF) suministra agua potable y asistencia médica con la ayuda del Fondo de Emergencia de Fundación Especial Caja Madrid.

En lo que a infraestructuras respecta, 1.140.332 casas han sufrido daños como consecuencia del tifón, de las cuales 550.928 han quedado completamente destruidas. Cuantitativamente, se calculan pérdidas por valor de unos 608 millones de euros repartidos a partes iguales entre daños en infraestructuras y perjuicios en la agricultura.

También hay que destacar la cantidad de esfuerzos empleados para mitigar los efectos de la catástrofe y tratar de recuperar la normalidad en el país. Así, durante estos dos meses 35.489 personas han participado en las labores de ayuda humanitaria, y se han empleado 163 aviones, 118 barcos y otros 28.361 equipamientos pertenecientes a organismos locales y nacionales, así como a grupos de voluntarios desplegados estratégicamente por diversas zonas.

A pesar de todos estos esfuerzos, aún queda mucho trabajo por hacer y por ello el Gobierno filipino ha manifestado su compromiso de aplicar el principio de ‘reconstruir mejor’ basado en minimizar riesgos ante las posibles consecuencias de futuros desastres naturales para ayudar a las víctimas del tifón a recuperarse de la devastación causada por Haiyan de forma más eficaz.

En este sentido, el presidente de Filipinas, Benigno Aquino III, ha diseñado un programa que tiene como objetivo acelerar las actividades de ayuda, la rehabilitación a gran escala y la reconstrucción de las zonas dañadas. Este programa se ejecutará a través de un grupo de trabajo, dirigido por el propio presidente, cuyas prioridades serán: vivienda y reconstrucción, medios de vida y de empleo, atención psicosocial, protección del medio ambiente, y generación y asignación de recursos.