Todo lo que sean progresos en la detección precoz del Alzheimer son excelentes noticias, pero incluso más cuando se trata de técnicas no invasivas. Por eso hoy queremos hablar de un proyecto en el que está trabajando un grupo de investigación de Ingeniería Social y Bioingeniería llamado EleKin. Durante los últimos años han tratado de combinar conocimiento médico e ingeniería biomédica, con el objetivo de obtener diagnósticos precoces de enfermedades como Alzheimer o Parkinson a través de métodos no invasivos.
Uno de los frutos del trabajo de este equipo multidisciplinar de la Universidad del País Vasco es el denominado Automatic Spontaneous Speech Analysis (ASSA), que podríamos traducir como Análisis Automático del Habla Espontánea. La técnica consiste en grabar a pacientes mientras relatan en voz alta alguna experiencia vital o recuerdo, midiendo una serie de parámetros en su manera de hablar. Por ejemplo, se tienen en cuenta las pausas que el paciente necesita para recordar palabras mientras conversa. Así se intenta prestar ayuda a los médicos en el diagnóstico precoz del Alzheimer, detectando elementos no perceptibles a simple vista y sin necesidad de pruebas que estresen al paciente.
En la actualidad, las pruebas precisas para realizar un diagnóstico clínico del Alzheimer son invasivas, a menudo desagradables para quien debe someterse a ellas y además costosas: test neuropsicológicos, análisis del líquido cefalorraquídeo, análisis de sangre, exámenes médicos… De ahí la importancia del progreso en las investigaciones sobre métodos no invasivos. Por otro lado, la detección precoz permite combatir el Alzheimer de forma más efectiva, dado que las terapias que conocemos en la actualidad son considerablemente más eficaces si se ponen en marcha antes de que el cerebro sufra daños graves.
En otros países del mundo también se trabaja en líneas de investigación similares a la que ha escogido EleKin. Sin embargo, el sistema ASSA está todavía en fase de desarrollo y aún no se utiliza de forma oficial. Sí se están realizando, en colaboración con centros médicos, pruebas con enfermos, personas con antecedentes familiares y personas que no han desarrollado la enfermedad. Obviamente, bajo estrictos criterios éticos y respetando los correspondientes protocolos.
Esta investigación abre una nueva vía de esperanza. El envejecimiento general de la población en muchos países desarrollados podría provocar que el porcentaje de personas que sufre Alzheimer se multiplicase en el futuro si no se encuentran maneras de prevenir o curar la enfermedad. La implicación de otras disciplinas técnicas y científicas, como en este caso la ingeniería, es un arma de enorme valor en una lucha que nos concierne a todos.