El transporte público ha mejorado notablemente en materia de accesibilidad en numerosas ciudades durante los últimos tiempos. No obstante, más todavía es lo que queda por hacer para que todo el mundo disponga de las mismas oportunidades y comodidades a la hora de utilizar esta clase de servicios. Las nuevas tecnologías amplían el abanico de posibilidades de progreso y cada vez son más las localidades donde se apuesta por ellas con determinación. Precisamente eso es lo que está ocurriendo en Barcelona gracias a un proyecto de la Fundación TMB, la Fundación ONCE y la Fundación Vodafone.
Estos tres colectivos, apoyados por la Fundación Barcelona Mobile World Capital, han anunciado el lanzamiento de un proyecto para facilitar el uso de metro y autobús a personas ciegas o con problemas de visión. Concretamente, el objetivo es ayudarles a orientarse mejor en las paradas, utilizando aplicaciones para smartphones y tabletas y balizas de radiofrecuencia. Está previsto que se realicen pruebas piloto en entornos reales hacia final de año, durante los meses de noviembre y diciembre, realizando una inversión de unos 90.000 euros.
La estación de metro de Diagonal de las líneas 3 y 5 será escenario de uno de estos ensayos. Las balizas que serán instaladas en el pavimento podrán interaccionar con los teléfonos móviles de los usuarios a través de una aplicación. La señal GPS hará posible que las personas invidentes puedan ir de su vagón a la calle y de la calle al vagón que corresponda de manera mucho más segura, teniendo la certeza de que no se han desviado de la ruta deseada.
Los planes para los autobuses también ayudarán a las personas con discapacidad visual a desplazarse de forma más ágil. Se trabaja para que los autobuses envíen una señal a los dispositivos móviles al detenerse en una parada, informando al usuario del número de línea del vehículo y de su destino. Estos datos permitirán que elija con independencia qué bus tomar; pero para incrementar aún más las facilidades, su teléfono móvil o tableta también enviará un mensaje a la consola del conductor, haciéndole saber que una persona ciega está accediendo al coche.
Sin lugar a dudas, estamos ante dos iniciativas ambiciosas; pero al mismo tiempo viables y, sobre todo, de enorme utilidad. Sus impulsores ya han mostrado su optimismo respecto a su desarrollo y posible implementación definitiva. Además, creen que su éxito podría alentar, en un futuro cercano, la creación de nuevos proyectos que continúen mejorando la movilidad de las personas con discapacidad utilizando el transporte público.