Recuperando el sistema educativo en Haití

12 de enero de 2010. Tan cerca y tan lejos. No ha pasado tanto tiempo desde el triste día en que un devastador terremoto (7,3 de magnitud en la escala de Richter) golpeó con cruedad Haití, un país que ya entonces era el más pobre de todo el continente americano. Cinco años y medio más tarde, no queda ni rastro del enorme despliegue mediático que despertó la catástrofe, pero las consecuencias continúan siendo visibles. Queda mucho por hacer, mucho por reconstruir; entre otras cosas, un sistema educativo que garantice un futuro con algo más de esperanza para los niños haitianos.

Esa es una de las prioridades que se ha marcado UNICEF, que no ha dejado de trabajar en la búsqueda de impulsos para la recuperación de la sociedad. Gracias a la actividad de esta agencia especializada de la ONU ya han sido edificadas más de 15 escuelas en todo el país, muchas de ellas en zonas aisladas o de difícil acceso. Las alianzas con fuerzas gubernamentales y constructoras locales e internacionales han permitido dotar de estructuras metálicas a estos edificios, ideados para resistir posibles sismos y otro tipo de infortunios naturales.

Estas escuelas cuentan con varias aulas, oficinas para el personal, salas de comedor e incluso instalaciones sanitarias. Además, están preparadas para alumnos con discapacidades y coordinadas entre sí, a fin de intercambiar experiencias y conocimiento. Pero aunque las construcciones son muy importantes, como es obvio no son suficientes por sí mismas.

UNICEF también se ha preocupado por mejorar la preparación de los docentes haitianos. El objetivo es que los menores no sólo reciban educación, sino que ésta sea de calidad. Junto al Ministerio de Educación Nacional y Formación Profesional de Haití, se han organizado talleres para profesores, en los que han podido trabajar en sus aptitudes para la enseñanza.

Los resultados están siendo más que satisfactorios. En unas condiciones infinitamente más adecuadas para el aprendizaje, los niños aprenden más deprisa. Los maestros están poniendo énfasis en cuestiones decisivas como la escritura y la lectura, con éxito. Y, no menos importante, las tasas de escolarización crecen, con cada vez más alumnos en las aulas. Cambios que trazan un camino hacia un porvenir menos sombrío que aquel que se dibujaba en el horizonte hace algo más de cinco años.

Así es como ha dado un vuelco la vida de pequeños como Johny Blaise, de 11 años, residente en Boucan y con problemas de visión. Te dejamos un breve vídeo con el que podrás conocer su historia y contagiarte de su ilusión: