Las diferencias entre integración e inclusión educativa

Seguro que has escuchado hablar de integración e inclusión educativa en muchísimas ocasiones. Quizá incluso hayas leído algún texto en que se utilicen, sin mala intención pero de manera errónea, como términos equivalentes. Conviene tener claro que hablamos de dos filosofías distintas, por más que sus objetivos puedan ser, en cierto modo, compatibles y complementarios.

En la integración educativa, los alumnos con discapacidad se adaptan al resto de miembros del centro.

En la inclusión educativa, el foco se sitúa sobre las capacidades y la singularidad de cada persona.

Como puedes comprobar, en ambos casos se busca el éxito en la formación del individuo, partiendo de las mismas premisas, pero recorriendo un camino diferente. Está claro que apostar por la inclusión es apostar por un cambio profundo en el sistema educativo tradicional tal y como lo conocemos. La formación en valores como la solidaridad y la cooperación pasa a tener un papel protagonista; una base que hace posible que los alumnos puedan compartir espacio en el aula, con independencia de sus características personales.

El conjunto, el colectivo, el grupo, el aula. Ése es el verdadero centro de atención en un modelo inclusivo. Esto no supone dejar de lado al individuo, todo lo contrario: lejos de partir de modelos de pensamiento y actuación a los que el alumno debe acercarse, busca la riqueza en las diferencias y facilita el intercambio. Dicho de otro modo, nadie necesita adaptarse por ser distinto cuando hay comprensión, respeto y equidad en lugar de barreras. La diversidad se convierte en algo valioso para cada uno de los miembros del grupo.

Por supuesto, la inclusión educativa requiere de profesorado con la preparación adecuada para encontrar ese valor en la diversidad; así como de la participación activa de los familiares de los alumnos. Eso es precisamente lo que se persigue en centros como el Padre Piquer, de la Fundación Montemadrid. En la aplicación de esta filosofía, con esfuerzo constante año tras año, está el secreto del éxito de los jóvenes que pasan por sus aulas.

Y también por ello ha sido galardonado con uno de los premios ‘Escuelas Changemaker’ por la red internacional de Emprendedores Sociales Ashoka. Porque, con trabajo y método, el mundo sí puede cambiarse desde los colegios.