Caravaggio, Gesualdo y Marlowe: tres artistas, tres asesinos

Xavier Güell, director de orquesta, escritor y ensayista, dirige el curso Tres Asesinos: Caravaggio, Marlowe y Gesualdo. La belleza del mal y nos cede este texto a modo de introducción. Esperamos que lo disfrutéis tanto como nosotros.

¿Fue Michelangelo Mersi, conocido como Caravaggio, el Anticristo del arte, como se dijo en su tiempo? ¿Era Carlo Gesualdo el príncipe de las tinieblas, encarnado en este mundo? ¿Inventó Shakespeare el teatro inglés moderno, o fue Marlowe? ¿Qué une a estos tres grandes pilares de la historia de la pintura, el teatro y la música? El curso Tres Asesinos: Caravaggio, Marlowe y Gesualdo. La belleza del mal, pretende averiguarlo.

Caravaggio, la terribilidad del genio

¿A cuántas personas asesinó Caravaggio? Se sabe con certeza que en 1606, después de perder un partido de pelota, acabó con la vida de su rival. Tuvo que huir de la justicia y se refugió en la isla de Malta pero, de muevo, se marchó de allí tras haber atentado contra un caballero de esta orden. Toda su vida vivió como prófugo de las autoridades y fue más conocido por sus constantes pleitos con la justicia que por su propia obra.

Unos pocos lo adoraron, muchos más lo vilipendiaron. Las imágenes de Caravaggio son siempre inquietantes, retorcidas, lujuriosas, pero tienen una fuerza interior que, con excepción de Miguel Ángel, no se habían visto jamás. Y lo que aún es más asombroso, no se volverían a ver. Chorros de sangre que brotan como fuentes de cabezas degolladas. Un hombre asesinado en el altar de una iglesia. Violencia, muerte, castigo, destrucción. Su pintura tiene la capacidad de la sinestesia: la conjunción de todos los sentidos en uno. Su obra se huele, tiene sabor, se escucha, se toca con una mano que tiembla al aproximarse a ella.

Con Caravaggio empieza el arte moderno.

Gesualdo, príncipe de las tinieblas

Carlo Gesualdo fue príncipe, compositor y asesino. El artista más rico y poderoso de su tiempo. Rival de Claudio Monteverdi, sobrino nieto de papa Pío IV. Sobrino de Carlo Borromeo, arzobispo de Nápoles. Autor del crimen del siglo, por el cual fue mucho más conocido que por su actividad como compositor.

La madrugada del 17 de octubre de 1590 el príncipe, acompañado de tres esbirros, sorprendió a la princesa María d’Avalos yaciendo con el duque de Adria, su amante. Los apuñalaron, dispararon a bocajarro y después, con una saña feroz, los descuartizaron. El príncipe abandonó Nápoles y poco después Pío IV lo indultó al considerar que se había tratado de un crimen de honor. Pero Gesualdo, aunque en su época nadie lo consideró como tal, es, además de un asesino, uno de los mayores compositores del Renacimiento. Sus siete libros de madrigales y los Responsorios de tinieblas forman parte de esas obras decisivas que cambian el curso de la historia. Su música es sensual, atrevida, irreverente, disonante, rompe con el canon establecido como no lo había hecho nadie hasta entonces.

Como en el caso de Caravaggio, con él empieza la música moderna.

La duda: Shakespeare vs. Marlowe

Christopher Marlowe nació el mismo año que Shakespeare: 1564. Sus destinos, en vida y después de su muerte, estarán siempre unidos. Formado en Cambridge. Doctor en humanidades y teología, comparte la actividad de escritor con la de espía. El 1 de junio de 1593 Marlowe es enterrado en el cementerio de Deptford aunque, como sostienen cada vez un mayor número de especialistas, todo podría haber sido un montaje ideado por Thomas Walsingham, su protector, para hacerlo desaparecer y acallar las sospechas de la corte que hablaban de su ateísmo, homosexualidad y traición a la corona.

En ese caso, y sólo en ese, podría haber enviado su siguientes obras teatrales a Walsingham y éste a su vez haber encontrado a un hombre de paja para que las firmara. Ese personaje podría haber sido William Shakespeare, actor muy conocido, de extracción humilde y formación deficiente. Cuando Marlowe pretendidamente muere, ambos tienen 29 años. Marlowe ha escrito seis obras maestras. Shakespeare ninguna. Los dramas de ambos guardan similitudes de forma y de fondo. El inglés de la época anterior a ambos era una lengua burda, rudimentaria, aún por desarrollar. El verso blanco sigue al pentámetro yámbico, pero suprime la rima, produciendo con esto una revolución poética. Marlowe fue el primero en utilizarlo en teatro. Y, a partir de él, todo el teatro inglés lo utilizará hasta el siglo XX.

Marlowe, en consecuencia, inventa el teatro inglés moderno.

¿Es bello, como sostenía Sócrates, sólo lo que alienta al espíritu a encontrar la armonía? ¿O por el contrario hay belleza también en la fealdad, en la miseria, el asesinato, la crueldad, en la violencia, en la disonancia o en lo sacrílego? ¿Es bello el personaje de Ricardo III? ¿Es bello Gaveston en la obra de Marlowe, Eduardo II, que logrará llevar al rey a la ruina? ¿Son bellos los cuerpos lascivos de Caravaggio? ¿Son bellas las obras del Príncipe de Venosa en donde la armonía se descompone en tórridas cascadas de notas que atentan mortalmente contra el canon estético de su tiempo? Sócrates sostenía que el arte, en la mayor parte de los casos,  corrompe al ser humano y en consecuencia hay que tratar de evitarlo. ¿Tenía razón? A todas estas preguntas responderá el curso Tres asesinos: Caravaggio, Marlowe y Gesualdo. La belleza del mal.

Por Xavier Güell.