El próximo 16 de marzo finaliza el plazo para inscribirse a nuestro X Premio de Poesía Joven RNE. Una magnífica oportunidad para todos los jóvenes poetas que estáis ahí fuera de daros a conocer y conseguir ver vuestra obra publicada. En este enlace tenéis toda la información para realizar vuestra inscripción. Para terminar de animaros, hemos hablado con varios de los ganadores de ediciones anteriores del concurso cuya experiencia os puede servir de estímulo.
Javier Vicedo Alós (Ventanas a ninguna parte, 2009), José Alcaraz Pérez (Edición anotada de la tristeza, 2012), Juan Bello Sánchez (Todas las fiestas de mañana, 2013), Javier Hernando (Todos los animales muertos en la carretera, 2014), Martha Asunción Alonso Moreno (Wendy, 2015) y Gonzalo Gragera (La suma que nos resta, 2016) han respondido a nuestras preguntas desvelando algunos de sus secretos de escritura, contándonos cómo influyó el premio en sus trayectorias y dándonos algunos valiosos consejos para quienes estáis a punto de enviar vuestro poemario.
¿Qué puertas te ha abierto el Premio de Poesía Joven RNE?
Gonzalo Gragera: Publicar en una de las principales editoriales de España y dar a conocer mi obra.
Martha Asunción Alonso Moreno: Estoy muy contenta de haber publicado mi libro «Wendy» gracias a este premio con una editorial de prestigio, y muy cuidadosa, como lo es Pre-Textos.
Juan Bello: He conocido autores a los que seguía, he ganado más premios y he podido publicar mis libros.
José Alcaraz: Hizo que mi primer libro llegara a un buen número de lectores gracias al poder de difusión del premio y la publicación en una editorial como Pre-Textos, algo que de otro modo habría sido imposible. Se trata de un galardón elegante y serio en la tarea de dar voz a la poesía joven.
Javier Vicedo: Publicar con una de las mejores editoriales de poesía del ámbito hispanoamericano y forjar una relación de amistad con la familia Pre-textos.
¿Dónde encuentras tú la inspiración para escribir poesía?
Gonzalo Gragera: Me suele encontrar ella a mí. Suele ser al revés.
Martha Asunción Alonso Moreno: Se trata de vivir. Se escriba o no se escriba, la poesía está en la vida. Y la vida no cabe en ninguna caja. En mi caso, creo que los viajes, de muchos tipos, son mi mayor inspiración.
Juan Bello: En las lecturas.
José Alcaraz: En la falta de actitud y de autenticidad. Se me antojan adulteradas e intento buscar la inspiración desde otros términos.
Javier Vicedo: En la absoluta incomprensión de todas las cosas.
¿Tienes alguna manía o ritual a la hora de sentarte a escribir?
Gonzalo Gragera: No puedo escribir si no es en mi escritorio.
Martha Asunción Alonso Moreno: Me lavo meticulosamente las manos.
Juan Bello: Escoger un libro de mi escritorio y sentarme tranquilamente a leer. Y usar siempre libretas rayadas.
José Alcaraz: Escribo más a mano que a ordenador, por ejemplo, pero nada parecido a una manía o un ritual.
Javier Vicedo: Tomar té y mirar a través de una ventana.
¿Qué es lo que nunca debería hacer un poeta principiante?
Gonzalo Gragera: Publicar.
Martha Asunción Alonso Moreno: No lo sé.
Juan Bello: Pensar que es un poeta principiante. Quizá todos lo seamos, a pesar de todo.
José Alcaraz: Precisamente dejar de creerse un poeta principiante.
Javier Vicedo: Considerarse principiante. Los poemas más auténticos se escriben a los veinte años.
¿Se te escapa alguna rima cuando no estás escribiendo poesía? No sé, al hacer la lista de la compra…
Gonzalo Gragera: Prefiero la metáfora.
Martha Asunción Alonso Moreno: La poesía no son necesariamente rimas, ni las rimas son necesariamente evidentes. En mi vivencia personal de la poesía, las imágenes y los ecos musicales internos tienen mayor importancia que la rima al uso. De modo que sí: las visiones y cadencias poéticas me acompañan a diario, en cada gesto, por prosaico o cotidiano que sea, independientemente del acto de escritura. La poesía es, en fin, un modo de ocupar el mundo.
Juan Bello: Alguna vez, yendo por la calle, me he sorprendido pensando haikus, contando las sílabas con los dedos de la mano…
José Alcaraz: Rara vez uso la rima.
Javier Vicedo: Lo que se me escapa es el látigo si a alguien se le ocurre rimar en el año 2018.
Si te asalta la inspiración en plena calle / en la ducha / cocinando… ¿qué haces para que no se te escape la idea?
Gonzalo Gragera: Apuntarla en las notas del móvil.
Martha Asunción Alonso Moreno: Tomo a diario muchas notas y hago esbozos, que no siempre están llamados a devenir en otra cosa. Acumulo muchísimos cuadernitos repletos de palabras y garabatos desde siempre. Puedo viajar sin monedas o móvil en el bolso, pero no sin libreta.
Juan Bello: La repito mentalmente hasta que creo que la he aprendido. Por desgracia, no tengo muy buena memoria.
José Alcaraz: Si me resulta imposible apuntarla en la libreta o en el móvil, confío en mi memoria, que es buena. Pero si aun así la idea se escapa, no me importa en absoluto, soy feliz dejándola marchar.
Javier Vicedo: Coger el móvil y escribir la idea.
¿Qué palabra te pone de los nervios y no meterías nunca en un poema?
Gonzalo Gragera: Añoranza.
Martha Asunción Alonso Moreno: Ninguna. O tal vez sí: la palabra «roncha». La escucho y me dan picores.
Juan Bello: La conjunción «mas».
José Alcaraz: Consensuado, por ejemplo.
Javier Vicedo: Alma, ángel, pléyade, calabacín.
Si solo pudieras rescatar dos versos de la historia de la poesía, ¿cuáles serían?
Gonzalo Gragera: Los de Luis Rosales: «Sabiendo que jamás me he equivocado en nada / sino en las cosas que yo más quería».
Martha Asunción Alonso Moreno: Hoy y ahora, por ejemplo, respondo a esta pregunta con las palabras que la pastora Marcela les dirige en el Quijote a la turba de señores que la acusa y acosa de ser una mala mujer: «Fuego soy apartado y espada puesta lejos». Mañana, o dentro de cinco minutos, seguramente respondería con otra maravilla. ¡La pregunta es muy difícil!
Juan Bello: Difícil… Me gusta este verso de Wallace Stevens: «Una vela es bastante para alumbrar el mundo».
José Alcaraz: Los primeros que me vienen a la cabeza ahora mismo son tres de Jaime Gil de Biedma:
Oh innoble servidumbre de amar seres humanos,
y la más innoble,
que es amarse a sí mismo!
Javier Vicedo: por toda memoria,/ una ventana abierta,/ (José Ángel Valente)