#GenteMontemadrid: Noelia Álvarez, rompiendo clichés

Son muchas las personas que trabajan en nuestro Monte de Piedad y cada una de ellas tiene un papel relevante y vive su día a día de una manera distinta. La protagonista del calendario #GenteMontemadrid de este mes de julio es una de estas personas. Su nombre es Noelia Álvarez y desde hace once años es vigilante de seguridad tanto del Monte como las oficinas de Fundación Montemadrid. Como ella misma nos explica, sus funciones principales son “custodiar, vigilar y proteger tanto los bienes como a las personas que acuden ambos lugares”.

El camino hasta conseguir su puesto actual no fue sencillo ya que, como asegura, “es una profesión de hombres y yo, además, aparte de ser mujer, empecé muy joven”. Pero no todo fueron impedimentos. Noelia quiere subrayar que también se ha encontrado “con grandes compañeros, clientes y amigos que están dispuestos a enseñarte e integrarte hasta ser una más”.

El Monte de Piedad es una institución social sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es conceder préstamos con garantía de joyas u objetos de valor. El Monte, por eso, guarda las joyas de muchísimas personas, joyas con valor económico, pero también afectivo que suponen una responsabilidad añadida al trabajo de Noelia: “Cuenta más el valor sentimental que lo que valgan las piezas”. Pero ella tiene claro que todo ese valor está a buen recaudo. “Contamos con medios de seguridad excelentes, tanto humanos como técnicos”. Llevamos 317 años guardando enseres, por eso nuestros clientes confían en el trabajo de los grandes profesionales que hay en el Monte”.

 

Las personas que acuden al Monte de Piedad llevan también muchas historias detrás de sus joyas y, de alguna manera, comparten una parte de su vida al utilizar el servicio. Por ello, Noelia apunta que “el trato siempre debe de ser lo más cordial y servicial posible”. Este servicio tan personalizado hace sentir las historias ajenas como propias, tal y como nos detalla nuestra protagonista de este mes: “Podría describir mil momentos, pero si tuviese que elegir alguno, sería el momento en el que alguien que acaba de entrar preocupado por una urgencia económica sale de aquí con el dinero que necesita para solucionarla o el instante en el que recuperan su joya.

Como decíamos al principio, son personas como Noelia Álvarez, con su trabajo y su dedicación, las que hacen posible la continuidad de la labor social del Monte de Piedad. “Vendrán tiempos mejores y, por suerte, aquí tendremos sus joyas bien guardadas”, concluye optimista.