Carta abierta de una maestra de pedagogía terapéutica

Os voy a contar un poco mi experiencia personal lo que para mí significa este proyecto de las Escuelas Infantiles Montemadrid y cuáles son nuestros objetivos.

El trabajo con personas con TEA es un reto apasionante y en atención temprana, aún más. Dentro del ciclo vital de la persona con autismo y su familia, la primera infancia es una de las etapas más complejas, a mi modo de ver, porque está llena de dudas, incertidumbres…las familias se encuentran muy perdidas, llenas de inseguridades y pasan o han tenido que pasar por un periplo médico y administrativo terrible, pero necesario para que sus hijos puedan optar a los recursos educativos y de atención temprana que les corresponden. Por tanto, es una etapa de lucha, en la que además tienen que lidiar con un proceso complejo a nivel personal, en el que la culpa o la negación suelen aparecer antes de la aceptación del diagnóstico de sus hijos.

Y en este momento tan sensible y vulnerable, estamos nosotros como escuela infantil, acompañando en el desarrollo de los niños y apoyando a la familia en su conjunto. Tenemos que tener en cuenta y adaptarnos a cada circunstancia familiar, cultura, prioridades y respetar los tiempos individuales. Es importante considerar el trabajo en atención temprana como un proyecto en colaboración con las familias, para mejorar la atención prestada a los niños y a su entorno. Por tanto, desde la escuela, intentamos abarcar todo lo que significa la atención temprana, teniendo muy en cuenta a la familia en la elección de objetivos y en la intervención, intentando empoderarles y facilitarles las estrategias, conocimientos y herramientas que necesitan para llevar a cabo esta crianza especial.

Me gustaría aprovechar la ocasión para aclarar el concepto de aula TEA. En multitud de ocasiones escuchamos “este niño está en el aula TEA o es del aula TEA” y aquí estamos cayendo en un error. Aunque coloquialmente hablamos de aula TEA, realmente se trata del aula de apoyo a la integración del alumno con TEA, porque Luis o Marta pertenecen al aula de 4 años B o 3 años A, esa es su única aula, y el aula TEA es un espacio concebido para prestar un apoyo específico en la adquisición de aprendizajes concretos. Por eso, me gustaría que esta reflexión sirviera para que poco a poco, en nuestras escuelas se escuchase: “este niño tiene apoyos intensivos” o bien “este niño está en el programa TEA” y no “está en el aula Tea”.

Como profesional, yo tampoco trabajo en el aula TEA, trabajo en un proyecto o programa para dotar de apoyos intensivos a los alumnos con TEA, y ese programa se lleva a cabo en múltiples entornos: en el aula del niño, en el patio, en el comedor, en el propio aula TEA y en todos y cada uno de los espacios que conforman nuestra escuela. Además hacemos uso de espacios comunitarios como la calle, la piscina, las tiendas, el transporte público…Por tanto, se trata de entender que cuando se habla de un centro preferente con aula TEA, nos referimos a un programa de trabajo que se desarrolla en multitud de espacios y no solo en un aula en concreto, que en muchas ocasiones podemos encontrar vacía.

El objetivo de este programa es apoyar de forma intensiva al alumno con TEA para que se desarrolle de forma óptima y alcance su máximo potencial, interviniendo sobre sus necesidades educativas especiales, y sobre el entorno a la vez que potenciamos las fortalezas individuales y familiares.

El fin último es la inclusión del alumno y de su familia en la escuela, entendiendo por inclusión, no solo estar, sino aprender y participar.

Y eso es lo que intentamos en los centros preferentes, ofrecer los apoyos que el alumno necesita, adaptando los entornos, los materiales, las metodologías y trabajando con sus iguales. Para ello necesitamos y contamos con la implicación de todo el personal de la escuela, porque todos somos agentes en este proceso de enseñanza-aprendizaje, desde la cocinera hasta el personal de limpieza o de mantenimiento.

Por otro lado, los alumnos requieren que todos los espacios de la escuela se adapten a sus necesidades específicas. Diseñar el entorno para que sea accesible a todos los alumnos, reducir el exceso de estímulos visuales, ofrecer claridad visual y espacios significativos, es fundamental para que la escuela sea cognitivamente accesible.

Pero sin duda alguna, los mejores agentes de intervención con los que cuentan los alumnos con TEA, son sus compañeros. Ellos se convierten en apoyos naturales fundamentales en el proceso de inclusión, y parte de nuestro trabajo consiste en promover actitudes positivas hacia sus compañeros y enseñar a los iguales cómo pueden dirigirse o comunicarse con su compañero con TEA o cómo pueden jugar con él. Todo ello, obviamente, sin que los niños sean conscientes de que existe la palabra TEA, ni de que su compañero tiene una condición especial. Solo enseñamos a convivir en la diversidad y  el respeto por las diferencias de cada uno,  potenciando el apoyo mutuo.

En este sentido, algunas de las actividades del programa, incluyen no solo a los alumnos con TEA sino también a los alumnos con desarrollo típico. De este modo, los alumnos con TEA eligen e invitan a sus compañeros a participar con ellos en juegos, talleres de plástica, de cocina… creando grupos muy reducidos de aprendizaje en los que las metodologías empleadas y los contenidos trabajados benefician a todos.

Evidentemente, existen otros muchos momentos y tiempos de trabajo individual, en los que los alumnos con TEA en un entorno controlado y sencillo, pueden adquirir competencias esenciales y necesarias que deben después, poner en práctica en entornos más complejos con nuestro apoyo.

Para el desarrollo de todo lo que supone el programa, contamos con la ayuda de la escuela en su conjunto, pero especialmente, el equipo de apoyo directo lo formamos la tutora del niño, la maestra de Pedagogía Terapéutica y la Técnico Superior en Integración Social. El referente fundamental de todos los alumnos son sus tutoras. Aquellas heroínas que lidian cada día con un sinfín de peculiaridades de sus alumnos y de sus familias, y que intentan siempre ofrecer lo mejor de su conocimiento y experiencia, para llegar a todos y cada uno de los niños. En este sentido, la coordinación, la confianza y el compromiso entre los especialistas y las tutoras, es fundamental, y en nuestra escuela es un verdadero lujo contar con ello, además de su agradecimiento, su buena disposición y su receptividad hacia todas nuestras sugerencias y orientaciones.

Del mismo modo, es un privilegio que las familias confíen plenamente en nosotros y dejen en nuestras manos cada día lo más preciado que tienen en su vidas.

Espero haberos acercado un poco más a lo que significa ser Centro Preferente para alumnos con TEA, o por lo menos a cómo lo vemos desde las Escuelas Infantiles Montemadrid, de las que es un orgullo poder formar parte.