“Trabajamos por la Justicia” es el lema de Cáritas una de las ONG más populares y de mayor repercusión en nuestro país. Con más de 62.000 voluntarios repartidos en 6.000 Cáritas Parroquiales, que trabajan sin descanso para luchar por los derechos de las personas más desfavorecidas, Cáritas es un ejemplo de ONG preocupada, tanto por prestar un servicio humanitario de calidad, como porque esta ayuda viene acompañada de un trato en el que prima la calidez, el sentimiento y la empatía hacia el prójimo.
En 1947 España no era el país prospero de hoy. La guerra civil y sus consecuencias hicieron estragos en un núcleo de población numeroso y el hambre se extendía como una peligrosa epidemia. Con la idea de distribuir la ayuda humanitaria del Plan Marshall para que llegara primero a los que más lo necesitaban, la Conferencia Episcopal constituyó esta organización, cuyos objetivos han ido cambiando al ritmo que marcaban las necesidades sociales.
Silverio Agea, Secretario general de Cáritas Española, cuenta de la siguiente manera la historia de la organización:
“Nuestra primera etapa se basó principalmente en la asistencia social de los más desfavorecidos”. En esta época, ellos fueron los encargados de ayudar a aquellas personas que más los necesitaban en un entorno que les resultaba totalmente desfavorable. “Nos encargamos de proporcionar el pez, para que los últimos no atendidos pudieran sobrevivir”
Sin embargo, una organización como Cáritas no podía quedarse únicamente en la prestación de asistencia y, con el paso de los años decidió que era necesario “proporcionar a los más necesitados la caña y enseñarles a pescar por sí mismos, por lo que decidimos volcarnos con la integración social de estos grupos”. Nació entonces el programa de empleo de Cáritas, con vistas a que la propia persona fuera su propio “motor social a través del sistema más digno, pues la dignidad es el valor más importante para cualquier persona”, como asegura Agea.
Una vez alcanzados ciertos niveles de empleo en los sectores de la población que sufren un mayor riesgo de exclusión, era indispensable ir un paso más allá. En lo que ellos califican como su período más apasionante, están dedicando sus esfuerzos a la lucha por los derechos de todo el mundo: en este sentido, la campaña que están desarrollando en este momento tiene como lema “los derechos son universales, las oportunidades deberían serlo”. Una frase que engloba las intenciones actuales de Cáritas: construir una sociedad en la que se puedan materializar los mismos derechos para todos.