¿Quiere que le guíe? Sí, por favor

Cuando convives en casa, en el trabajo, en la calle, con personas con discapacidad visual o auditiva, te das cuenta de que, en determinados momentos, necesitan de tu ayuda. Sí, de tu ayuda, pero no de un agarrón o un chillido.

Me explico. Chico/chica nueva en la oficina. Está tan preparado y es tan competente en su puesto como tú. Tiene discapacidad visual. La oficina es un espacio nuevo para él/ella y todavía no lo conoce, ni se desenvuelve en él como quisiera. Necesita ir al baño y te pide que le acerques. ¿Qué haces? La reacción suele ser espontánea: le agarras del brazo y tiras de él, arrastrándole, casi en volandas, hasta el destino. Como no te has visto nunca en tal situación, no sabes que esa es una actuación incorrecta.
Ellos sólo necesitan poner el brazo sobre tu hombro y caminar a su voluntad siguiendo los pasos y la dirección que les marcas. Pruébalo tú mismo: cierra los ojos y di a alguien que te lleve de la misma manera en la que tú procediste, verás qué sensación: no sabes por dónde vas, tus pies se despegan del suelo, casi como si fueras secuestrado. Recuerda, sólo necesitan ser guiados, no ser conducidos a empellones. Así que apunta esta recomendación para saber actuar en situaciones similares en la calle, en las aceras, en los pasos de cebra o en cualquier otro sitio en donde una persona ciega te pida ayuda.

¡Ah! Algo muy importante y que no debes olvidar: si van acompañados de un perro guía,  por muy amante de los animales que seas, no llames su atención, ni les acaricies, ni les des comida, ya que ellos van cumpliendo su misión. Están ‘trabajando’.

Con respecto a la discapacidad auditiva, ocurre lo mismo. Te encuentras, por ejemplo, en el metro con una persona sorda que solicita tu ayuda para encontrar una dirección. Normalmente y, aún sabiendo que no nos oye, tendemos a chillarles como para hacernos entender. Este proceder no sirve de nada e incluso puede contrariar a los viandantes que pasen cerca. Así que procura vocalizar, en bajito, y repetirlo cuantas veces sea necesario. También puedes emplear el lenguaje no verbal y gestual para acompañar a la explicación.

Ahora ya lo sabes. ¡Toma nota! Son consejos para todos, que enriquecen al que los aprende y contribuyen a la integración de las personas con discapacidad.