Los fureros españoles tienen que estar muy contentos porque La Fura dels Baus no es sólo un grupo muy cañero, rebelde y alternativo, sino que apoya, mediante acciones concretas, al mundo de la discapacidad. Así lo demostraron con su participación en la apertura de la segunda edición de la Bienal de Arte Comtemporáneo, organizada por la Fundación ONCE coincidiendo, precisamente, con el estreno en la capital de su último espectáculo: ‘Boris Godunov’.
A colación de esta obra, me pasé a ver qué hace este grupo furero en las tablas del María Guerrero y no sólo fui sorprendida por su brillante actuación y el espectacular montaje, sino literalmente secuestrada. Un grupo de hombres con pasamontañas y metralletas retuvieron al público y los actores durante dos horas porque su país, un país que no quisieron precisar, no caminaba en la dirección que ellos querían.
Lo peor de todo fueron los cinturones de explosivos que llevaban enganchados algunos a la cintura, el pasear discontinuo con sus armas entre los espectadores lanzando miradas intimidatorias y las bombas que diseminaron por toda la platea. Todo parecía ser tan real, aunque obviamente supiéramos que formaba parte del montaje, que seguro que más de uno pensó -como yo- que estábamos asistiendo, como mínimo, a un simulacro de un posible atentando ni más ni menos del grupo terrorista Al Qaeda. Y más de una persona altamente sensible, seguro que no discernió la fina línea que separa la ficción de la realidad en momentos como aquel.
No obstante, aunque no tenga que ver nada con la discapacidad este espectáculo que pretende hablar de la lucha por el poder, la violencia como método para imponer ideas y la corrupción de las estructuras de poder, que acaba castigando a víctimas inocentes, me encanta que La Fura dels Baus apoye a este colectivo y muestre su interés con actos como la apertura de la Bienal. Que cunda el ejemplo.