El hambre del resto del planeta

El próximo 7 de noviembre llegará a los cines la película «Nosotros alimentamos el mundo«, de Erwin Wagenhofer. Pero antes ya se preestrenó en BioCultura, la feria de la agricultura ecológica y del consumo responsable, que se celebró en Madrid del 30 de octubre al 2 de noviembre.

No es un documental cualquiera, sino que intenta remover conciencias adormecidas de por qué una parte de la población mundial dispone de exceso de alimentos mientras otra se muere de hambre.

La cinta está rodada con testimonios directos de granjeros, agricultores, biólogos, pescadores e incluso con la opinión del director general de Nestlé, el mayor grupo alimentario del mundo. Es un documental nítido, transparente, que informa de una realidad que existe y que quizá muchos se nieguen a reconocer, pero la producción y circulación de nuestra comida debería ser un tema de preocupación fundamental en la sociedad de hoy en día.

El ponente especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, Jean Ziegler, aporta las opiniones más contundentes, como cuando afirma que cada cinco segundos muere un niño de hambre en el mundo y no duda en calificarlo de «asesinato». ¿Qué falla entonces? ¿Por qué en Viena se tira a la basura cada noche una cantidad de pan similar a la que necesita Graz, la segunda ciudad más grande de Austria? ¿Por qué en la India hay 200 millones de personas desnutridas?

Para rodar la película, el director viajó a España, Francia, Rumanía, Brasil, Suiza y Austria. Con sus imágenes y sus pruebas, el filme intenta justificar que quienes viven en el llamado primer mundo están contribuyendo al hambre en el resto del planeta. ¿Otro mundo es posible?