De nuevo desde Burundi

Foto: Eduardo Losada
Foto: Eduardo Losada

Son varios los post que hemos dedicado a Joaquín Zuazo, un joven que desde Burundi está trabajando por los niños de la calle de la mano de la Fundación María Arafasha.

Joaquín dejó en Madrid una vida cómoda y llena de amigos, (que por cierto no cesan de escribirle a través de nuestro blog mensajes de cariño) y se fue a una de las zonas más pobres del planeta. Allí convive con los habitantes de Bujumbura, y nosotros queremos continuar sabiendo más sobre su vida allí…

Así que, continuamos con la entrevista…

Cuando llegaste a Burundi, ¿qué había por hacer?

Esa es una pregunta difícil de contestar, porque aquí hay tanto por hacer… Acabamos de salir de una guerra civil de más de 12 años. Incluso hoy no está claro que haya terminado definitivamente. Hasta el mes de mayo más o menos, se escuchaban disparos aún todas las noches. Incluso este año hubo dos ataques fuertes a la capital por la noche.

Así que imagínate, todavía hay que reconstruir el país. Además, hay muchas personas que viven en una situación de pobreza extrema. Estamos en un país muy pobre, y eso solo lo agrava todo. Hay desnutrición, mortalidad infantil…

Pero en concreto en Mariya Arafasha había mucho por hacer. La fundación apenas tenía unos meses de vida, y queríamos construir una casa para los niños que ya teníamos acogidos para poder proteger a más. Además nos faltaba formar a los educadores, reforzar el proyecto educativo y las mil cosas que iban surgiendo cada día. La verdad es que no tengo mucho tiempo de aburirme.

¿Con quién contabas o quién estaba ya allí?

Cuando llegue aquí estaba ya constituido el staff de la fundación, los laicos que trabajan voluntariamente con los padres en la dirección de la fundación y su equipo de trabajo directo.

Desde el primer día empezamos a trabajar juntos. Además, siempre cuento con el apoyo de toda la comunidad de los padres de Schoenstatt aquí.

¿Nos puedes decir en el tiempo que llevas qué es lo que habéis conseguido hacer? ¿A qué ritmo?

La verdad es que en estos ya casi 11 meses hemos hecho muchas cosas. Hemos mejorado la organización interna, realizado formaciones, casi hemos acabado el plan pedagógico del centro que estamos construyendo que acogerá a 54 niños huerfanos de las calles de Bujumbura.

Y la mejor forma de verlo, la que más feliz me hace es ver el cambio de actitud y de comportamiento de los niños. Son increíbles, han sufrido mucho y pese a todo están cambiando de forma increíble. Ojalá pudierais venir a conocerles, bueno, ¡podríais venir a conocerles!.

¿Cómo es la situación política y social allí actualmente y cómo era anteriormente?

Bueno, como he dicho antes acabamos de salir del conflicto étnico entre Tutsis y hutus que ha desolado el país desde el 93. Lo que lo ha dejado sin lo poco que tenía.

Estamos en uno de los paises más pobres del mundo, el otro día en Internet encontré un ranking que nos colocaba en el cuarto lugar por la cola, a pesar de estar en el segundo país con la densidad de población más alta de África. Tenemos una mortalidad infantil muy alta, una esperanza de vida muy corta. La verdad es que aquí no es fácil.

Por otro lado dicen que la guerra ha terminado. Pero hasta mayo el FNL (Frente de Liberación Nacional PalipeHutu) estuvo atacando cada noche. Incluso hubo dos grandes ataques a toda la cuidad de norte a sur. Una bomba cayó en la Nunciatura Apostólica. Por el mes de mayo la presión internacional obligó a Guasa, el líder de este grupo, a volver a Burundi después de más de 30 años de ausencia, lo que obligó a empezar de nuevo las negociaciones con el gobierno.

Aunque parece que no se entienden y que los ataques empiezan de nuevo poco a poco. El otro día oí que atacaron a un autobús. Pero lo que si está muy claro son dos cosas: que el país no se ha desarmado para nada y que hay mucho miedo para las elecciones del 2010. Ya ha empezado la campaña.

Continuará…