La inserción social de los inmigrantes pasa por combatir el estrés y la ansiedad

Josep Pla, director del Centro ITAEParece extraño comprobar cómo se altera la vida cuando sufrimos estrés o ansiedad. En situaciones que antes no presentábamos ningún síntoma físico comienzan a manifestarse taquicardias, sensaciones de ahogo, vértigos, mareos, nudos en el estómago e incluso problemas en la piel. Si estamos estresados, también puede ocurrir que todos nuestros pensamientos se vuelvan negativos y lo que antes se acometía con normalidad cueste ahora tanto como subir el Everest.

Muchos inmigrantes que llegan a España se encuentran no con una, sino con muchas situaciones estresantes que van desde la barrera idiomática, asimilar un nuevo entorno cultural, el desempleo o la distancia con sus familiares más allegados.

Según Josep Pla, director del Centro ITAE (Centro integral para el tratamiento de la ansiedad y el estrés), un extranjero está sometido a un número de estresantes y, lo más probable, es que los recursos que posea esta persona no se adecuen a las demandas que les exigen estas situaciones.

“La técnica a utilizar ante el estrés que le pueda generar la barrera idiomática no es distinta a la que tendría que aplicar ante cualquier otro estresor. Hay que ver qué reacción le está produciendo a nivel emocional, cómo se está manifestando la ansiedad que le genera esa situación para darle estrategias con el fin de gestionar esas emociones negativas que le están bloqueando”, apunta el especialista.

Por lo visto, según la persona, los estresores pueden ser distintos: uno que para mí no lo es, para otro puede serlo. Por eso, más que ver qué factor nos está estresando, Pla considera que hay que trabajar en cómo gestionar las situaciones que han generado esa emoción para, una vez adquiridas las habilidades para lidiar con ellas, ser capaz de abordar esa situación con éxito.

Para la completa integración social de las personas extranjeras, lo principal es que esta persona confíe en sí misma.

“Tendrá que analizar cuáles son sus recursos, sus puntos débiles, definir sus objetivos y si los primeros pueden dar respuestas adecuadas a estos últimos. Muchas veces, nos marcamos como metas las que no nos llevan a la felicidad que esperamos».

«Para que nuestros objetivos sean los que nos llenen realmente -añade-, pediría a estas personas que se encuentran en un país desconocido y, por tanto, sometidas a mayores niveles de ansiedad y estrés, que sean realistas y analíticos, es decir, que escojan lo que verdaderamente quieran y pongan los medios para conseguirlo”.

Pero lo que está claro para el director del Centro ITAE es que para mantener a raya la ansiedad en estas personas (al igual que en cualquier otra, apunta) una vez  controlados los niveles de la misma, el secreto sería:

“Seguir practicando ejercicios específicos para combatir la ansiedad y el estrés, y no evitar situaciones por miedo a que aparezcan otros síntomas. Aconsejo a los inmigrantes reunir la fuerza suficiente para afrontarlo todo y ser consecuentes con los objetivos que uno se marquen”.

Por supuesto, es mucho más fácil la teoría que la práctica, pero desde este blog recomiendo encarecidamente a todas las personas inmigrantes que estén estresadas o sufran ansiedad por un cambio de condiciones vitales, un librito que acaba de publicarse en la editorial ‘Temas de hoy’. Se titula  ‘Ansiestrés’ y está lleno de ejercicios prácticos.

Se trata de una muy buena opción para plantearse superar los escollos de la ansiedad y el estrés de forma muy económica, respecto a los precios de los terapeutas especializados, y que, según los autores, si se practica disciplinadamente y con asiduidad, uno puede comenzar a ver los resultados en tan sólo tres meses. Yo desde luego lo tengo claro, voy a ponerme a ello.