Teach for Nepal: reconstruir la educación tras la catástrofe


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La situación de Nepal ha dejado de ser un tema recurrente en los medios de comunicación. Sin embargo, todavía es mucho el trabajo que queda por hacer para reconstruir todo aquello que se llevaron los terremotos que golpearon al país entre abril y mayo. Si pensamos en clave de futuro, una de las instituciones que debe reponerse lo antes posible es la educativa: para tener perspectivas de progreso, la población nepalí necesita acceder a formación. Por esa causa pelean colectivos como Teach for Nepal (TFN), que se esfuerza por abrir caminos para quienes tienen más dificultades para disfrutar de una educación básica.

Las personas con menos recursos de Nepal ya encontraban abundantes problemas para iniciar y completar sus estudios antes de los seísmos. El derrumbamiento de muchas escuelas no ha hecho más que acrecentar las diferencias entre ricos y pobres en el aspecto académico. En algunas localidades se han instalado escuelas al aire libre utilizando carpas de lona, pero esta solución temporal no ha llegado a todos los que la precisan y tampoco es la más adecuada para combatir el calor, el frío o las lluevias. Por otra parte, las secuelas físicas y estructurales del desastre no son los únicos contratiempos que los profesores afrontan: también deben manejar las heridas que el miedo ha dejado en la confianza de muchos menores.

Desde la ONG Teach for Nepal tratan de abordar todas las necesidades. Buscan profesores y les preparan para enfrentarse a los miedos y traumas contraídos por sus alumnos. También se preocupan por encontrar maneras de alimentar a los niños en los centros educativos, iniciativa que anima a sus familias a mantenerles escolarizados; o por repartir ropa y otros enseres entre los que lo perdieron todo bajo las ruinas. Son conscientes de que los edificios pueden reconstruirse, pero para la educación de un niño nepalí no suele haber segundas oportunidades.

Actualmente más de un 75% de los profesores miembros de TFN trabaja en zonas afectadas por los terremotos. La mayor parte de ellos son jóvenes recién salidos de la universidad, que se comprometen por un periodo de dos años y obtienen experiencia y un salario mientras prestan una ayuda vital. Sujita Chaudhary era una de las maestras de la ONG, de apenas 23 años; y fue víctima de la catástrofe en el distrito de Sindhupalchowk. Pese a la dureza de este golpe, sus compañeros no han detenido su trabajo. En este vídeo hablan de sus motivaciones para enrolarse en TFN: