#GenteMontemadrid: Araceli Lenzano, derribando barreras

Entre las paredes del Monte de Piedad de Fundación Montemadrid podemos encontrar personas muy diferentes, pero que juntas conforman esta entidad al servicio de la sociedad. En enero conocimos a Noelia Álvarez, vigilante de seguridad del centro desde hace once años; en febrero hablamos con Paula Pérez, cliente habitual; y en diciembre os presentamos a Araceli Lenzano, trabajadora del Monte. Araceli tiene una discapacidad auditiva y su mayor deseo es eliminar las barreras que existen para facilitar la vida a las personas sordas. Una experiencia que requiere, como ella misma explica, “una perseverancia constante”.

Nuestra protagonista de #GenteMontemadrid este mes de diciembre tiene discapacidad auditiva desde que tenía dos años y, según nos cuenta, se enfrenta a dificultades diariamente. “En mi vida tengo que estar muy atenta para seguir el mismo camino que las personas oyentes, tanto en mi entorno profesional como fuera de él, ya que los que me rodean muchas veces no se dan cuenta de que necesito que me expliquen las conversaciones o las reuniones en las que estoy implicada. Hago esfuerzos por tratar de no perderme información, pero no siempre lo consigo”.

Araceli explica de forma muy gráfica esos esfuerzos que tiene que hacer a diario. “Para reducir esos obstáculos pregunto mucho y aviso a los que tengo a mi alrededor para que me tengan en cuenta. Imaginaos, para mí es como si fuera el mundo al revés; es decir, que todos fuéramos sordos y solo hubiese un par de oyentes. ¿Cómo os sentiríais? ¿Cómo sería vuestra vida?”.

Siempre hay cosas por hacer para mejorar la vida de una persona con discapacidad auditiva, sobre todo porque la sordera es invisible.

Pero para que haya un cambio real hay que sumar esfuerzos desde el ámbito político, institucional y empresarial. Cuando preguntamos a Araceli por pasos a seguir para mejorar, responde: siempre hay cosas por hacer para mejorar la vida de una persona con discapacidad auditiva, sobre todo porque la sordera es invisible” y destaca la importancia de los intérpretes. “También, aumentar la publicidad sobre cómo es la vida de una persona sorda” añade, recordando que aunque se ha avanzado mucho, “todavía nos queda un largo camino por recorrer hasta lograr una integración total”.

Trabajar desde la infancia también es importante. Eso es lo que hace nuestro centro educativo Ponce de León, un referente en educación inclusiva que trabaja por el desarrollo integral de niños, jóvenes y adultos con discapacidad, con especial dedicación hacia la comunidad sorda. Araceli valora así esa labor: “Es un referente. Estoy orgullosa de poder trabajar en una Fundación donde una parte de sus beneficios se destinan a mejorar la calidad de vida educativa de muchos niños y niñas”.

El Monte de Piedad destina el 100% de su labor a la Fundación Montemadrid, entidad privada que trabaja en ámbitos como la cultura, la solidaridad, el medioambiente y la educación, y cuenta con centros socioculturales como La Casa Encendida o la Casa San Cristóbal, además de mantener escuelas infantiles y colegios, espacios para mayores, bibliotecas y centros de empleo y ocupación.